... de extrañarme...

Miré abiertamente el cielo
y mis ojos
abarcaron su espesa capa
cargada de presagios.

Y allí quedé
petrificada
dejando que aire helado del invierno
secara mi piel muerta.

Muerta de deseos,
de recuerdos,
de voces,
de historia...

entre la piel y las uñas
se guarda
la tierra de mi jardín,
recientemente removida.

Y un suspiro
anhelante
de ser árbol recién plantado
aun semilla, bajo la tierra mojada.

Y sigo muerta,
de extrañarme,
de sentirme latir bajo mi piel dormida,
de reconocerme en la mirada de mis ojos...

...vuelve Gabriela, vuelve...
esa que soy y que me está mirando...
te extraña.

/aun estoy en la otra orilla .../

Gaby.